12.08.2006

La Rueda del Tiempo
Los siete astros errantes se habían repartido las siete edades del hombre, para asistirle desde el quicio de la vida hasta el umbral de la muerte señalandole a cada edad su planeta por su orden y supuesto, avisando a todo mortal se diese por entendido, ya del planeta que le presidía, ya del traste de la vida en que andaba.Cúpole decían, a la niñez la luna,comunicandole con sus influencias sus imperfecciones, esto es , con la humedad la ternura, y con ella la facilidad y variedad, aquel mudarse a cada instante, ya llorando, ya riendo, sin saber de que se enoja, sin saber con qué se aplaca, de cera a las impresiones, de masa a las aprehensiones, pasando de las tinieblas de la ignorancia a los crepúsculos de las advertencias.Desde los diez años hasta los veinte, decían presidirle el planeta mercurio, influyendo docilidades, con que se va adelantando ya muchacho, al paso que en la edad, en la perfeccion, comienza a estudiar y a aprender, cursa las escuelas, oye las facultades y va enriqueciendo el ánimo de noticias y de ciencias.Pero decárase venus a los veinte y reina con con grande tiranía hasta los treinta, haciendo cruda guerra a la juventud a sangre que hierve y hasta fuego en que se abrasa, y todo eso con bizarra galanteria.Amanece a los treinta años el sol, esparciendo rayos de lucimiento, con que anhela ya el hombre a lucir y valer, emprende con valor los honrosos empleos, las lúcidas empresas, y cual sol de su casa y de su patria todo lo ilustra, lo fecunda y lo sazona.Embistele marte a los cuarenta, infundiendole valor con calor; revistese de aceros, muestra bríos,riñe,pleitea,venga.Entra a los cincuenta mandando júpiter,influyendo soberanías; ya el hombre es señor de sus acciones, habla con autoridad, obra con señorío, no lleva bien el ser gobernado por otros, antes lo querría mandar todo, toma por sí las resoluciones, ejecuta sus dictámenes, sábese gobernar; y a esta edad, como a tan señora, la coronaron por reina de las otras, llamandola el mejor tercio de la vida.A los sesenta anochece, que no amanece, el melancólico saturnino;con humor y horror de viejo, comunícale su triste condicion; y como se va acabando, querría acabar con todos, vive enfadado y enfadando, gruñendo y riñendo, y a lo de perro viejo, royendo lo presente y lamiendo lo pasado, remiso en sus acciones, tímido en sus ejecuciones, lánguido en el hablar, tárdo en el ejecutar, ineficad en sus empresas, escaso en su trato, asqueroso en su porte, descuidado en su traje, destituido de sentidos, falto de potencias, y a todas horas y de todas las cosas qejumbroso.Hasta los setenta es el vivir, y en los poderosos hasta los ochenta, que de ahí adelante todo es trabajo y dolor, no vivir sino morir.Acabados los diez años de saturno, vuelve a presidir la luna y vuelve a niñear y a monear el hombre decrépito y caduco, con que acaba el tiempo en círculo, mordiendose la cola la serpiente : ingenioso jeroglifico de la rueda de la vida humana.
Baltasar Gracian...el criticon

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